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  • Foto del escritorREDACCIÓN La Noticia Positiva

Llamado a Colombia Por la Vida y la Paz


Solamente si nosotros creyentes o no creyentes, asumimos juntos este valor absoluto e innegociable del ser humano, el cual nos exige el respeto total, podremos convocarnos a ser consistentes y construir la Colombia incluyente, capaz de garantizarnos las condiciones para vivir la grandeza de nuestra dignidad. Francisco de Roux.


La universidad pública colombiana convoca a la conciencia individual y colectiva de quienes soñamos un país donde quepamos todos sus habitantes, indistintamente de sus creencias, valores, intereses o prácticas políticas. Más allá de reclamar justicia, se demanda una oportunidad de Vida y Paz para existir dignamente.


La juventud colombiana -universitaria y no universitaria-, ha movido cimientos de la nación en muchos momentos de crisis, ha ayudado a profundizar sus transformaciones, para alcanzar cambios democráticos. Hoy es un baluarte imprescindible de inspiración y compromiso para contribuir a las acciones de construcción de paz en todos los territorios colombianos, que eviten más dolores y generen esperanza.


La sociedad colombiana ha emplazado a la academia universitaria para que asuma el papel histórico que le corresponde. Es el momento del cambio de los paradigmas que han profundizado las miserias humanas que niegan al otro la posibilidad de existir en condiciones dignas, como ha sucedido con las y los nadies, los últimos eslabones en la cadena social.


El país requiere que la juventud salga a defender sus horizontes de posibilidades, porque en caso contrario se habrá perdido una oportunidad en la historia del país que ha costado mucho dolor construir y que es necesario defender, para que las generaciones venideras puedan vivir el sueño que la juventud de ahora está ayudando a construir.


Los esfuerzos que se realizan desde diferentes esquinas de la nación de cimentar la paz a través de medios creativos y educativos como los incorporados en el Acuerdo de Paz de 2016, en las Recomendaciones de la Comisión de la Verdad en su Informe Final de 2022 y los impulsados por el actual Gobierno mediante la Paz Total, que ofrecen caminos distintos para alcanzar la anhelada paz con dignidad, por la que hemos trabajado siempre desde la universidad pública colombiana.


El 2023 está terminando con procesos de negociación abiertos, complejos y a su vez esperanzadores por el proyecto de vida que se levanta con resaltos y enigmas, pero con rendijas de oportunidad para responder a la sociedad colombiana, especialmente a la niñez y juventud, que vienen con el ímpetu que da la corta edad para exigir el derecho a vivir dignamente en un mundo al que han llegado porque la gente adulta los ha fecundado.


Es el momento, como miembros del continente del cuerpo de la nación colombiana, de unir esfuerzos democráticos y pacíficos para impulsar con toda la energía, seriedad y fundamentación, desde los campus universitarios y junto a las y los nadies, la necesidad de deponer intereses mezquinos y apostar a las paces que están sobre la mesa, para que quienes tenemos alguna responsabilidad desde el lugar donde estemos, informemos, eduquemos y precisemos todo lo que sea necesario acerca de estos procesos de negociación.


Es por ello que la universidad pública colombiana se compromete a seguir respaldando los procesos de negociación que adelanta el Gobierno Nacional con el Ejército de Liberación Nacional y, con el Estado Mayor Central. Asimismo, a impulsar el desarrollo de una Campaña pedagógica que los dé a conocer ampliamente, anteponiendo la Constitución Política de Colombia, la protección de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, derechos que, pese a ponerse en entredicho por el manejo que están dando las potencias a las guerras que asolan al mundo, tienen la validez que las sociedades les den en sus prácticas cotidiana.


Después del Acuerdo Final entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional suscrito en 2016, ahora tenemos una segunda oportunidad en el presente siglo, para acercarnos a pensar y actuar juntos, en medio de las diferencias, todos los conflictos armados que nos rodean. Las piezas del rompecabezas están sobre la mesa, es el momento de que asumamos responsablemente la manera como lo armamos adecuadamente y sin violencia. La posibilidad de lograr la convivencia armónica está en nuestras manos y mentes.


Escuchemos a la gente mayor y miremos a los ojos de las nuevas generaciones y actuemos consecuentemente, teniendo en cuenta el pasado, los acontecimientos de hoy y las expectativas de futuro, que seguro que son las nuestras también.

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